domingo, 20 de junio de 2010

Entre Camilo y Emilio

Bernard Fougéres
bernardf@telconet.net

En una novela llevada a la pantalla Giovannino Guareshi creó a dos personajes pintorescos: Don Camilo (Fernandel), sacerdote temperamental que conversaba con Cristo en un pueblito lleno de intrigas y Don Peppone (Gino Cervi), alcalde comunista pronto a sulfurarse como el mismo cura. En esta pintoresca coexistencia, ambos personajes llegaron a darse trompones, pasarse de palabras pero no podían vivir el uno sin el otro, compitiendo, desafiándose, mas al final apreciándose más allá de sus diferencias. Esa es la parte sentimentaloide parecida a la que usa Cantinflas en su discurso cuando lo ungen como embajador de la pequeña república de Coco. Recuerden: “Sé que a pesar de la insignificancia de mi país que no tiene poderío político, militar, menos aún atómico, todos esperan con interés mis palabras, ya que de mi voto depende el triunfo de los verdes o de los colorados”. Ecuador es más importante de lo que parece, frente al futuro del planeta.

No imagino a Camilo Samán y Emilio Palacio brindando con Dom Perignon, a Rafael compartiendo un Cabernet Sauvignon con Nebot, mas me encanta soñar con episodios insólitos. Al fin y al cabo, Fidel Castro se hospedó en casa de Febres-Cordero, callé por ética anécdotas sorprendentes que me contó León al respecto frente a unas copas de vodka. Me impresiona, sin satisfacerme del todo, que musulmanes, católicos, curas, comunistas, homosexuales, heterosexuales, monjes, a lo mejor el mismo Papa (¿sabían que Juan Pablo II jugó de arquero?), pecadores, santos, asesinos, prostitutas, puedan vibrar juntos frente al Mundial en el país donde reinó el apartheid. Una cuarta parte de la población sudafricana vive con $ 1,25 diarios. Son los que no están en los estadios.

¿Quién tiene que perdonar a quién? ¿No será que se armó tempestad en un vaso de agua? Emilio es mi compañero en la página editorial, generoso amigo en la vida, extraordinario papá con un hogar envidiable. Tuve contactos con Camilo Samán pues mi primera entrevista al Presidente se grabó en su casa. Soñé que Camilo detuviera el juicio, perdonara a Palacio aquella palabra no tan letal como la pintaron. No entendí la diferencia entre “matón”, supuesto insulto, y “matón de barrio” que dejaba de serlo. Escribí entonces un artículo acerca del “perdónanos Señor como perdonamos a quienes nos ofendieron”. Sabía que el padrenuestro lucía exigente en eso de condonar deudas. No creo que hubo de parte de Emilio deseo de lastimar, de ensañarse. Supe que Camilo era católico. Me hubiese dado igual que tuviese simpatía por el Islam. La religión musulmana también predica la remisión de las ofensas.

Cuando leí en el Diario que a pesar de sentirse ofendido desistía de la demanda, una gran alegría invadió mi corazón. Sentí una enorme simpatía por él, pensé que le tocaría a Emilio mostrar la misma humilde generosidad. No era necesaria una declaración pública sino una actitud frente a la vida. No busqué entrevistas para hacer publicidad en televisión con el episodio. Tenemos a dos hombres en paz con su conciencia, sin estridencia, con cierta serenidad. Todos ganamos. Nadie perdió. Creo que crecieron ambos protagonistas.

Dibujo de: Ami Plasse

Fuente: Diario el universo

domingo, 13 de junio de 2010

CUIDEMOS EL MEDIO AMBIENTE


Es importante tener una conciencia ecológica, pero lo primero que debemos hacer para contar con ella es darnos cuenta de qué es la naturaleza en realidad

En el mundo hay mucha gente que desea hacer algo por la Tierra, por la naturaleza, los animales, etcétera, pero las campañas ecologistas no pueden ganar esta lucha solas, necesitan de la cooperación de todos nosotros.

Por ello es importante destacar que para que esto se logre es necesario concientizar nuestros actos y tener una verdadera voluntad de cambiar en algo las injusticias que cometemos.

En ese instante lo único que tenemos que pensar es en la naturaleza, en su verdadera relevancia, en lo que ha sido desde el inicio de los tiempos.

Lo más importante será que no la veamos como nos han enseñado en la escuela o como nos la han presentado como un simple objeto satisfactor, sino que debemos encontrar en nuestro ser su verdadero significado.

Claman nuestro respeto

Para que podamos cambiar nuestros malos hábitos y darle al medio ambiente la importancia que tiene es necesario que nos demos cuenta que la naturaleza no es sólo un satisfactor más.

Debemos sentir con el corazón que no se trata de un objeto, que cada elemento de la naturaleza (animales, plantas, mares, montañas, etcétera) es realmente valioso y que merece recibir amor, pero que sobre todo debe ser respetado.

La naturaleza también necesita del respeto para desarrollarse en armonía y para evolucionar con felicidad, igual que nosotros.

Por ello es preciso que detengamos nuestra crueldad y que nos sensibilicemos para que nuestra mente deje de ser indiferente ante la verdadera realidad, ante esa realidad que en estos momentos nos grita "¡Deténganse, por favor!".

Debemos de ver que son seres que necesitan recibir y dar amor, que piden respeto, que desean desarrollarse libremente.

Sienten como nosotros

Todos los seres de la Madre Naturaleza tienen la necesidad de comunicarse de corazón a corazón con nosotros para que podamos entender quiénes son en realidad.

Buscan demostrar que son capaces de darnos amor a pesar del daño que les causamos día a día. A pesar de todo, lo que más desean es que les brindemos la oportunidad de enseñarnos que sienten al igual que nosotros.



Ellos son parte importante para el desarrollo del universo, pero principalmente para el desarrollo de nuestro corazón.



Un paso importante será poner de lado las divisiones entre lo animal, lo vegetal o lo humano. Es hora de que dejemos atrás todo lo que nos han impuesto en ese sentido y que ahora nos hace actuar de forma equivocada, alejada del amor.



Somos una sola creación en la que no existen estas divisiones que hemos creado y al darnos cuenta de esto seremos capaces de descubrir la verdadera esencia de nuestros hermanos, quienes a cada segundo nos regalan la enseñanza de vivir con y para el amor.

Rocha

Fundación Sabiduría del Corazón

El escándalo de los débiles

Bernard Fougéres
bernardf@telconet.net
Me enseñaron los años a ser comprensivo: todo me sorprende, nada me asombra. Ustedes, mis lectores, me revelaron más de lo que yo pudiera profesar. Solo la gente intransigente se da el lujo de juzgar. Entrevisté a asesinos, violadores, recibí correo de sacerdotes que perdieron la fe o dejaron el hábito, prostitutas, alumnas enamoradas a morir de su maestro, candidatos al suicidio, chicas a punto de abortar, gays, lesbianas, madres que perdieron a un hijo. Recientemente por su insólita pureza me conmovió el e-mail de un chico cuencano de 24 años, casado, buscando consuelo porque se había muerto atropellado su perro. Estuve en casa de un asaltante de buses, me desarmó la forma como cuidaba a su hijo afectado por un terrible retraso mental. He presenciado la muerte de mucha gente, por cáncer, infarto, en accidentes, he visto suicidarse a unos cuantos sin poder encontrar la palabra mágica que quizás lo hubiera impedido.
No comprendo por qué unos se preocupan de lo que hacen los demás, si fulana es lesbiana, si zutano tiene amante, si mengano es gay, si perengano se droga, si robiñano es un ladrón, si perencejo le mete los cuernos a su esposa. Me encanta la gente que pulveriza las barreras, vive su vida libremente sin lastimar a nadie. Lo demás siendo hipotético no me toca investigarlo. Al diablo los chismeros, cuenteros, corredores de orejas, alcahuetes. Nada tan mediocre como el correveidile colgado del teléfono esparciendo su chinchorrería. La frase que me revuelve el estómago en cualquier reunión es la famosa: “¿Saben la última?”. Quien la pronuncia tiene un excelente rating de audiencia en una velada cualquiera. Estamos muy lejos de lo que se suele llamar cultura. Imagino chismes de más alto nivel: “¿Saben que Schubert murió de sífilis a los 31 años?”. ¿Por qué no tratamos de ser justos o al menos considerados, tolerantes? Cuando entrevisté a Rafael Correa, metí la pata, fui demasiado familiar, tal vez algo agresivo, pero después de la interviú conversamos como una hora, compartimos vino, respetamos nuestras diferencias, nos guardamos afecto (durante la entrevista, por si acaso, solo escanciamos media copa). Lo mismo sucedió con León Febres-Cordero (vodka), con monseñor Arregui (agua natural no bendita), Lenin Moreno (un soberbio tinto), Gustavo Noboa (Montes Alpha), Abdalá Bucaram (cerveza), Fidel Castro con Santiago Roldós (tinto chileno indescifrable), François Mitterrand (Chablis), Rostropovich (siempre tinto en varias ocasiones). Por Dios, bebamos una copa con nuestros amigos y quienes no lo son, olvidemos la vida de los demás, que cada cual lidie con la suya. Tratemos de encontrar las virtudes de nuestros enemigos, perdonar los defectos de nuestros amigos. Recuerdo a Hemingway: “Un idealista es un hombre que partiendo de que una rosa huele mejor que una col deduce que una sopa de rosas tendría también mejor sabor”. ¿Que soy idealista? Sí... pero con inquebrantable sentido del humor y del amor. “Hay que inventarse un sueño para que el infinito no nos haga llorar”: un soufflé de rosas por ejemplo. Prefiero ser ingenuo que malévolo. La vida es un garbeo por el parque, solo sirve para aficionados apasionados.
domingo 13 de junio del 2010
Guayaquil, Ecuador

sábado, 12 de junio de 2010

Mi primera publicacion

Esta flor sera mi identificacion.

Saludos y parabienes para todos los que lean y sigan este blog.



atte,



Genesis Sofia