domingo, 5 de febrero de 2012

Sé tú mismo

Bernard Fougéres

domingo 05 de febrero del 2012
Para ser original hay que vestirse como los demás: dicta la moda cuál es el color en boga, el corte de cabello adecuado. Una estrella de la pantalla o del canto suele lanzar un estilo, las francesas se peinaban como Brigitte Bardot en los sesenta, los Beatles y Justin Bieber son otros ejemplos. Eso de ser uno mismo fue la norma de Virgilio en su Eneida hace más de 2.000 años, de Propercio en su elegía 1-15. “Sis quodcumque voles non aliena tamen” (Sé lo que tú quieras, por lo tanto, no algo que te sea extraño). Catulo lo dice con las mismas palabras. La frase latina siendo sentencia, búsquenla en Google.

No es necesario ser excéntrico para lograr originalidad siendo lo esencial: ser genuino. Lo de Ortega y Gasset: “Yo soy yo y mi circunstancia; si no la salvo a ella, no me salvo yo” abre las puertas al existencialismo. A veces tendemos a ser lo que los demás quisieran; los políticos manejan esta faceta de la identificación, la convierten en mecanismo de defensa. Yo soy el diario que leo, el canal de televisión que veo, el equipo de fútbol de mi predilección. Recuerdo que frente a un partido entre Francia y Ecuador anhelaba la victoria de los ecuatorianos, pues las circunstancias de mi vida así me lo dictaban.

¿Qué dicen los uniformes, sean de los militares, obispos, bomberos, colegiales, deportistas, servicio doméstico? Vivimos una civilización uniformada siendo lo más importante ser parte del rebaño. El esmoquin o el frac marcan una diferencia social. La sotana del clero, el hábito de las monjas, la toga de los abogados supuestamente inspiran deferencia. Mejor es llegar al banco en Mercedes Benz que en bicicleta, se da por entendido que una mujer con Benetton no es la misma que aquella vestida con ropa de las bahías, existe un abismo entre Neiman Marcus y JCPenney. No suelo fijarme mucho en la envoltura de la gente sino en lo que revela o esconde, cierres herméticos, escotes enloquecedores. Para unos puede ser más importante que Beethoven el ropaje que escogen para ir al concierto.

Tampoco se debe llegar al trillado “es mi opinión y yo la comparto”; al fin y al cabo todas las certezas son provisionales. Comprendo que una mujer se sienta seductora al llevar interiores de Victoria Secret, que por rebote quedemos hechizados por aquellos oropeles o perfumes. El olfato es el órgano más importante de la seducción (hasta los perros lo saben), luego la palabra insinuante: “Tu voz es un bombón que chupo con el oído”. Sé tú mismo, con virtudes y defectos. Basta con recordar la genialidad que esconde la envoltura maltratada de Stephen Hawking frente a las barbaridades que sueltan de repente candidatas a Miss Universo. Ama sin prestar atención al qué dirán, vístete como más cómodo te sientas, busca relaciones que te hagan feliz y te ayuden a superarte. “Sis quodcumque voles”. Sé lo que tú quieras, pero siempre lo que eres.


Basta con recordar la genialidad que esconde la envoltura maltratada de Stephen Hawking frente a las barbaridades que sueltan de repente candidatas a Miss Universo.

Dibujo de: Cathy Gatland

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