domingo, 3 de julio de 2011

Génesis, la más bella palabra

Bernard Fougéres

domingo 03 de julio del 2011
¿Cuál puede ser el más hermoso vocablo en cualquier idioma? En francés me estremece la pomme d’amour, manzana de amor, love apple (nombre dado al tomate). Pomona era diosa de las frutas. La manzana estuvo en el Edén donde retozaban, niñeaban, jugueteaban Adán y Eva: se convirtió en símbolo del mordisco prohibido. La curiosidad siendo virtud esencial, me alegro que hayan experimentado el deseo de bajar a patadas las frutas de aquel árbol. El pudor se convirtió en ardid de conquista, empezó la aventura del erotismo al que Georges Bataille dedicó un libro capaz de desgoznar a cualquier terrícola. Los romanos llamaban con desprecio “bracatus” (bragado) al galo mi ancestro. La evolución de la braga desde entonces ha tenido altibajos pasando por complicados bombachos, apretadas calzas, enternecedoras calcillas que de pronto asoman en el filo del pantalón cuando las jovencitas bluyinean a ritmo de reggaetón, llevando prendas minúsculas susceptibles de caber en una cajetilla de fósforos. Los encajes o tejidos de inocente transparencia desquiciaron al homo sapiens, complicaron la vida del señor Strauss Kahn, del honorable Bill Clinton, enloquecieron a Nicolas Sarkozy, trastornaron al promiscuo Berlusconi.

Génesis es el más hermoso nombre que puede llevar una mujer. Así bautizó El Puma Rodríguez a una de sus hijas, así se llamó el grupo donde Phil Collins tocaba la batería. Pero volvamos al momento en que Eva comparte la fruta después de propinarle un generoso mordisco: “Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, se dieron cuenta de que estaban desnudos, cosieron hojas de higueras, se hicieron delantales”. Gracias a todo aquello conocimos siglos después a Christian Dior, Pierre Cardin, Versace, Yves Saint Laurent, nació el negocio de la alta costura para vestir a las damas adineradas, el inefable striptease, asunto millonario que consiste en la operación inversa. Las mujeres protegieron su intimidad durante siglos mediante ropas incómodas como la crinolina o miriñaque, corsés de varillas, sujetadores con armazón metálico, una red complicada de broches, cordones, corchetes luciendo peligrosas mandíbulas de acero, cremalleras, botones, llegando al piercing corsé que todavía no aparece en nuestra tierra pero satisface las ansias de las mujeres masoquistas. En el siglo XXI la ropa interior se ha reducido a su mínima expresión, se llegó a prescindir de ella como lo revelan reporteros gráficos que espían a Linsay Lohan, Pamela Anderson, Paris Hilton. Creo que perdimos buena parte del misterio, añoramos el tiempo perdido en luchar con tan dulces trampas, recuerdo que mi abuelo se enamoró locamente de mi abuela materna por haber visto de sopetón el tobillo de ella mientras se subía a un caballo. Todos sabemos que los pies siguen siendo parte esencial del recorrido erótico.

Génesis significa origen: creo que el término griego gignestai (nacer) fue uno de los primeros que aprendí. Al encontrar en el primer libro de la Biblia la palabra polvo (“pulvis es et in pulverem reverteris” nos dicen en Miércoles de Ceniza) observo que el polvo sirve para maquillaje, armas de fuego, también para triquearse o dedicarse al erotismo. Nada nuevo bajo el sol. “Deja llenarme de tu desnudez para vestirme por dentro” (Ricardo Arjona).

Foto de: Amaury Martinez

1 comentario:

  1. No logro comunicarme para agradecerle. No se quién es usted pero estas ilustraciones me agradan muchísimo. Recien decubrí este blog suyo. El artículo de Génesis, extraña coincidencia, fue escrito hace meses.Me gustaría publicar un libro con aquellas imágenes.Pero se necesita un permiso muy especial de los autores.Estoy extremadamente emocionado por este blog suyo.

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