domingo, 22 de mayo de 2011

¿Los malos son los demás?

Bernard Fougéres

domingo 22 de mayo del 2011
Dominique Strauss-Kahn, director del Fondo Monetario Internacional, candidato a la presidencia francesa, no pudo controlar los impulsos que nacieron en el estrato profundo de su personalidad. Cuando la camarera de 32 años encargada de la limpieza ingresó a su habitación, el caballero de fina estampa se abalanzó sobre ella, la manoseó de indebida manera la arrastró hacia el cuarto de baño, la obligó a practicar incentivos lewinskianos, luego huyó olvidando su celular, objetos personales. Hasta aquí la noticia. Lógicamente cundió la indignación de los lectores al abrir el diario y nos sentimos todos virtuosos, incapaces de llevar a cabo tan malévolos propósitos.

Sin embargo, hemos probablemente una que otra vez mirado con sibaritismo a una doncella pizpireta vestida con minifalda, encargada de ordenar nuestro aposento en algún hotel del planeta. Tratándose de nosotros, las aduanas de la censura funcionaron debidamente, nos portamos como hombres intachables, echando no más un elegante piropo a la voluptuosa fémina. El señor Strauss-Kahn pasó a la acción mientras en nuestro caso aquel hombre prehistórico que llevamos debajo del umbral de nuestra conciencia se quedó con ambiguas intenciones. Nuestra censura fue religiosa (el pecado de la carne) social (¿qué pasa si la gente se entera?), moral (eso no se hace) o simplemente ética (respeto a la libertad de la camarera). Significa que somos más controlados que el señor Strauss-Kahn, no que somos más virtuosos.

Las tentaciones acechan, no cabe la hipocresía. Bill Clinton cayó pero de los 435 congresistas ¿cuántos no hubieran cedido a las insinuaciones de la llenita y sensual Mónica? La cómplice del clintonicidio se volvió famosa, escribió un libro (Monica’s story) fue estrella de televisión, se codeó con la jet set, obtuvo un masterado en psicología social, se hizo muy rica, engordó, envejeció también. A Bill le pusieron tres baipases, tranquilizaron sus alborotadas arterias. Condenado a una multa de noventa mil dólares es ahora el esposo de la secretaria de Estado Hillary Clinton.

Lorena Bobbitt, Juana de Arco de la emasculación, comparte felizmente su vida con Dave Billinger, tienen una hermosa hija de 5 años llamada Olivia. Apareció en un programa de la CBS en el 2008, el de Oprah en el 2009 acompañada por el recordado, recortado, reimplantado John Wayne quien le sigue mandando rosas cada año en el día de San Valentín. Ricardo Arjona canta: “Si quieres ser famosa, córtaselo a tu marido”. Lorena es la ecuatoriana más conocida en el planeta. Provocó una epidemia de circoncidios en el mundo entero convirtiéndose en portavoz de las mujeres maltratadas.

Leo estas noticias con algo de humor. Películas acerca de las travesuras cometidas serían éxitos de taquilla, así mismo como las del Salón Ovalado. Lo que sucede en Libia o Pakistán no causa tanto alboroto. Se pagaría una fortuna por una fotografía de Bin Laden acribillado. Aun así nos creemos honorables. Lo prohibido siempre tendrá fervientes adeptos. A veces la hipocresía es peor que el mismo pecado. Una vida sin tentaciones sería insoportable pero hay que saber “hasta dónde se puede ir demasiado lejos” (Jean Cocteau).

Dibujo de: wagonized

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